Los sabores y aromas orientales de Omán nos seduciran tanto como su amable gente en medio de una peculiar fusión entre la cultura tradicional y sus centros comerciales más modernos. En Muscat y Niwza las mezquitas, fortalezas, castillos y zocos se suceden con su impronta oriental.
Omán es el país de las playas y las montañas, su paisaje contrasta fuertemente con los desérticos países vecinos.
Omán ofrece una cultura particular y diferente, que mantiene aún sus viejas tradiciones.
El gobierno se esfuerza en mantener el arte tradicional perseverando la danza, la música, las artes plásticas y la cultura en general.
La vida en Omán transcurre en torno a una cultura tradicional, a pesar de la moderna apariencia de algunos sectores de la capital.
Limita con los Emiratos Árabes, con Arabia Saudi y con el Yemen.
La costa está formada por el mar Arábigo al sur y este; y con el golfo de Omán al noreste.
Posee también dos enclaves, la península de Musandam, al norte de los Emiratos Árabes, y Madha, al este de ese mismo país.
Esta región conocida en la antigüedad como Magan pasa a ser una de las satrapias del imperio persa, pero después el imperio perdió poder y se establecieron los árabes omanies.
Omán fue centro de comercio durante siglos y sucesivos pueblos como los portugueses y otomanos se apoderaron de la región.