Israel, el mirador de la historia, con sus proverbiales ciudades como la tres veces santa Jerusalén, las biblícas Belén, Nazaret y Galilea, la huella romana en Cesarea, el desierto de Judea con la inexpugnable fortaleza de Masada y el legendario Mar Muerto con sus balnearios.
Viajar a Israel es hacer un recorrido por los escenarios de la Biblia, una odisea por el tiempo, una travesía por un crisol donde confluyen diversas y variadas culturas, donde la complejidad étnica, religiosa, política y social es la nota característica.
Y es que Israel es la capital de las religiones monoteístas más importantes que profesa el hombre.
Un lugar donde lo sagrado se vuelve cotidiano y cercano para poder percibir sus paisajes tan variados, sus delicados aromas y sus hondos silencios.
Se encuentra en la ribera sudoriental del mar Mediterráneo.
Limita al norte con el Líbano, al este con Siria, Jordania, Cisjordania, al oeste con el mar Mediterráneo y la Franja de Gaza, al suroeste con Egipto y al sur con el golfo de Aqaba, en el mar Rojo.